miércoles, 1 de abril de 2009

Entendiendo la esquizofrenia.





Por: Rosa A. Resendiz.

La esquizofrenia es una de las enfermedades mentales más debilitantes y desconcertantes. Define un grupo de trastornos que producen distorsión en los pensamientos y en la percepción. Los pensamientos parecieran estar mezclados o cambian bruscamente de un tema o otro. La percepción puede distorsionarse más allá de la realidad, haciendo que las personas oigan o vean cosas que no están allí.
Las personas con esquizofrenia pasan por períodos en los cuales están mejor y peor: remisión y recaída. Pueden vivir por largos períodos sin ningún síntoma, pero como la esquizofrenia es a menudo una enfermedad crónica, requiere atención médica continua, como la hipertensión y la diabetes.
La esquizofrenia no es un trastorno de personalidad "doble" o múltiples, un problema diferente y bastante raro. A pesar de que a menudo se caracterizan a las personas por los comportamientos causados por la enfermedad, debe aclararse que las personas con esquizofrenia no atrajeron la enfermedad hacia sí inclinándose hacia grupos o intereses "equivocados." Y al contrario de la creencia apoyada por las películas, la televisión y los libros, es más probable que las personas que padecen de esta enfermedad se recluyan en un aislamiento o pasen a ser víctimas de un crimen en lugar de hacerse daño ellos mismos a otros.
Mucho menos común que otras enfermedades crónicas, la esquizofrenia se da en alrededor de 150 de cada 100,000 personas, o en un porcentaje de uno o uno y medio de la población, manifestándose generalmente en la adolescencia o juventud temprana. Sin embargo, puede ser una de las enfermedades más catastróficas porque puede causar impedimentos devastadores, pérdidas emocionales y económicas y la necesidad de obtener tratamiento médico y apoyo intensivo.

La realidad Amenaza.








La paranoia es un trastorno que se caracteriza por el desarrollo gradual de ideas delirantes, como ser perseguido, envenenado, amado a distancia o engañado por el cónyuge. Es capaz de afectar las actividades de quien la padece, principalmente personas mayores de 30 años, no obstante, el diagnóstico oportuno ayuda a detener su evolución.
Un hombre soberbio, arrogante, que insiste en acusar a su cónyuge de infidelidad, contrata detectives, coloca grabadoras en la casa e interpreta todo saludo, gesto, mirada o forma de vestir como pruebas ineludibles de adulterio; llega al grado de agredir físicamente o amenazar de muerte si no se le confiesa "la verdad". Los hijos le rehuyen; la esposa, apesadumbrada, siente miedo por la persecución de que es objeto, y pide el divorcio.
Un padre de familia obsesivo, tímido, callado e introvertido, comienza a pensar en su trabajo: "Las cosas han cambiado, me miran distinto, algo me van a hacer".
A la par, lee la Biblia y cree encontrar mensajes dirigidos a él, anunciándole que debe cumplir una misión especial; piensa que sus vecinos quieren interrumpir esta obra por todos los medios: los ruidos que se escuchan son hechos a propósito para molestarlo, le envían polvos envenenados por debajo de la puerta o le suspenden el suministro eléctrico y el teléfono. Atormenta a sus familiares, pero no abandona sus obligaciones y tareas habituales.
Ambos son casos típicos de trastorno delirante paranoide, coloquialmente conocido como paranoia. Los psiquiatras la definen como una perturbación caracterizada por el desarrollo gradual de ideas que generan desconfianza excesiva e injustificada hacia los demás; tales delirios suelen ser complejos y sistematizados, y no son extraños para el sujeto, sino lógicos.
A diferencia de padecimientos como angustia, histeria o fobia, catalogados como neurosis, la paranoia se considera una esquizofrenia, que a su vez es clasificada como psicosis.






La diferencia radica en que mientras un neurótico puede ser anormal sólo en ciertas áreas de su vida, un psicótico ha perdido parcial o totalmente el contacto con la realidad; sus síntomas hablan de un mundo caracterizado por delirios, alucinaciones, lenguaje tergiversado, pensamientos confusos y estados emocionales exagerados.
Todavía se desconocen las causas que originan este padecimiento y sólo se sabe de las características de la personalidad que avisan sobre el futuro desarrollo del mal, conocidas en conjunto como "personalidad paranoide". Hablamos de personas que evitan la intimidad por temor a dar información que pueda ser utilizada como arma por sus enemigos, siempre están alerta y en tensión, son rencorosas, recuerdan los agravios, las humillaciones y los insultos por siempre, y están a la espera de una oportunidad de venganza.
Asimismo, se sobrevaloran, presentan poca tolerancia a las observaciones de otros y critican ácidamente. Buscan inspirar respeto con sus rasgos duros y el entrecejo ceñido, tienen un tipo de conducta para los allegados y otra muy distinta para los demás: en casa siempre están malhumorados, son poco comunicativos, pero con sus amigos o en el trabajo son bromistas, charlan y se hacen querer. Niegan aspectos dolorosos, contradictorios o desagradables, y proyectan en los demás su ira y enojo.